Para comenzar he de aclarar mi firme convicción, de que no hay nada tan maravilloso como nuestra siempre viva posibilidad de cambiar de opinión, pero claro, también nuestro libre derecho de opinar, y ésta es mi opinión.
No entiendo la fobia actual con respecto al tema del Halloween, en serio me pregunto a qué le temen, ¿A que celebren a las brujas? ¿le temerían uds tambien a que celebraran a los dragones? Porque supongo que está claro, y es bien sabido entre personas educadas, que las brujas (así como las pintan) existen tanto como los dragones... entonces ¿por qué temerle a esa celebración?
¿De verdad disfrazarse y celebrar el día de brujas tiene un halo diferente a ver una buena película de terror?¿Está bien disfrutar el oscuro placer del terror siempre y cuando no sea disfrazado y en 31 de octubre? ¿No percibe nadie mas cierto tipo de doble moral?
¿Que las brujas existieron? Pues resulta que para el final de la Edad Media, era común que por cualquier cosa a alguien se le acusara de herejía, bastaba con que un tipo se enamorara de una mujer, y que pensara de más en ella, para que si al tipo se le hacía cómodo la culpara de herejía. Algo así como un : No me la puedo sacar de la cabeza, seguro me embrujó! y eso era suficiente para un juicio donde según mis lecturas era casi imposible probar que la pobre mujer no era bruja. ¿Cómo probar que uno no tiene capacidad para volar en escobas o embrujar con unos ojos bonitos? Para peores si existía duda, se desnudaba a la mujer para buscar "el beso del diablo" que podía ser cualquier cosa, un lunar, una antigua cicatriz, una mancha de nacimiento, cualquier cosa podía ser percibido como el beso del diablo, así que no había salvación, a la hoguera por bruja!!
Se calcula que entre 50.000 y 100.000 mujeres (incluso niñas) fueron quemadas vivas. Entre el gremio mas frecuente de ésta serie de asesinatos, las parteras, curanderas y estudiosas de la medicina natural. Así que en realidad no me suena tan mal celebrar a esas pobres mujeres.
Sólo recuerdo haber celebrado un Halloween, allá cuando tenía unos 11 o 12 años, recuerdo haberme disfrazado de bruja con lo encontré en el ropero, y haber ido con mi amiga Marcela de casa en casa. Recuerdo el gran botín de confites, recuerdo la felicidad y el suspenso. Una hermosa memoria que me encantaría que mis hijas pudieran tener en nuestros días, sobre todo porque siento que si aquellos inquisidores me pudieran observar hoy en día: mezclando gotas de lavanda con aceite de coco para el dolor de músculos, licuando sábila con limón como pócima desintoxicante, y quemando incienso por las esquinas de mi casa, definitivamente me mandarían a la hoguera sin dudarlo.
Y no soy bruja... ¿o sí? tal vez todas lo somos... tal vez sí somos culpables aveces de tener ojos hechiceros, o de saber la pócima exacta para hacer sentir mejores a nuestras familias, pero definitivamente nadie merece una muerte como la que esas pobres mujeres sufrieron basadas en temores infundados.
Creo que hoy me declaro bruja, pero sobre todo me declaro libre de sentimientos paranoicos y de fanatismos sin fundamento, me declaro firme opositora de la ignorancia que una vez llevo a la humanidad a cometer actos completamente injustos y repudiables. Celebro a esas pobres mujeres del pasado, abriendo la mente de las del futuro, invitandolas a pensar por sí mismas y a investigar a cabalidad aquello que nos han inculcado.
¡Feliz Halloween!