jueves, 29 de agosto de 2013

Sobre el peso y la salud

En 1998 me casé y luego de 9 meses de casada, había aumentado 9 kilos ¡no! No estaba embarazada, las puras pastillas anticonceptivas, ah... total era muy delgada, no hay  problema. Pero en el 2001 tuve a Valeria y en el 2004 a María Ángel, y eso aunado a una filosofía alimenticia de "comer es un placer", hizo que para 2006 estuviera pesando 70 kilos, lo cual para mi edad y estatura era bastante sobrepeso. Esporádicamente bajaba de peso, con algunas pastillas mágicas o dietas de locura, pero siempre lo volvía a subir. No fue hasta 2008 que empecé a dar pasos en la dirección correcta, he tenido mis altas y bajas pero ya tengo al menos 3 años de mantener sin mucho sacrificio un peso sano, y mis amigas me preguntan cómo lo hice, así que acá les van mis consejos.
1. Caminando. Para 2008 me había trasladado a vivir a un pueblito Guanacasteco, donde un día una madre de un compañerito de mi hija se me acercó y me preguntó si quería ir a caminar con ella, sin mucho pensar le contesté que sí, creyendo que la idea quedaría en el aire por un tiempo hasta concretarse, pero esa mamá, (Damaris Sibaja) Dios me la bendiga, me contestó, paso a las 5 pm, y de verdad, estuvo ahí puntualmente. Y cuando yo le decía que estaba lloviendo mucho, me decía que entonces pasaba a las 7.30 am, y si yo le decía que me dolían los ovarios, me decía entonces mañana paso, total y en resumen con su perseverancia me obligó a tomarle el gusto a las caminatas. Aceleran el metabolismo, fortalecen el sistema inmunológico y con una buena compañía ni se da cuenta uno que anda ejercitándose.
2. Piense en salud no sólo en estética. Pero las caminatas por si solas no eran suficientes, así que empecé a averiguar sobre el tema, visitaba diariamente esas páginas con consejos y recetas saludables, me suscribí a todos los blogs de salud que existían, y empecé a notar que no necesariamente bajar de peso nos lleve a ser saludables, pero sí ser saludables nos llevará a bajar de peso. Así que empecé a borrar todas las ideas de gaseosas dietéticas y barras de cereal, y las cambié por jugos de frutas y semillas, que aunque tienen  mas calorías, ofrecen muchas mas ventajas para nuestro cuerpo, que sólo un consumo mínimo de calorías, además el consumo de fibra aveces incluye mas calorías, pero a la larga nos mantiene satisfechas por mas tiempo y es muy recomendable para una sana digestión.
3. Evite los 3 demonios blancos. Sí... demonios, porque para peores son adictivos, les contaré quienes son: azúcar, harina (de trigo) y sal. Y nótese que digo evite, no elimine del todo (aunque malo no sería). Utlice azúcar morena o algun edulcorante, prefiera la harina de maíz (tortillas en vez de pan) y no consuma esos deliciosos alimentos salados que uno no puede comer solo un poquito. Pruebe un sólo día sin consumir los 3 demonios blancos y verá que mágicamente ese día tiene menos ansiedad y menos antojos. No me crea... pruebe.
4. Café y té verde. Resulta que aceleran el metabolismo, tienen anti cancerígenos, ayudan a la digestión y lo mejor, esa ansiedad de postre después del almuerzo se aplaca fácilmente con un cafecito con crema. El té verde les aconsejo tomarlo durante la mañana, una sabia ex vecina (Yazna Collao) me convenció de que es un gusto adquirido y es bastante cierto, yo lo prefiero bien diluido, frío y sin azúcar. Tiene tantos beneficios que no alcanzaría nombrarlos todos, pura salud y extremadamente barato, no deje de consumirlo.
5. Fájese. No me fajé después de los embarazos... y diría que fue un error.  Cuando me empeñé en bajar de peso me compré una faja de esas que venden en los catálogos, me la ponía un par de horas en la mañana (no soy de mucho aguante), pero realmente funcionan para disminuir las tallas de  cintura, y luego queda uno con una sensación que lo hace mantener los músculos del abdomen tensos, y las mujeres sabemos que una cintura reducida es una maravilla y un excelente motivante para seguir concentrado en búsqueda de un peso saludable. Así que por convicción o en busca de motivación, engánchese una fajita.
6. Continúe y no se castigue.¿Que lleva dos semanas sin ejercitarse?¿que el martes se comió medio galón de helados mientras veía Grey´s Anatomy? No se castigue, perdonese y siga adelante. El estado mental es un 90%, y cuando "pecamos" solemos ponernos negativas y echarnos a morir. Aveces antes de menstruar nos ponemos golosas, no importa darnos un gustillo, el día posterior comemos mas ligerito y nos disculpamos con nuestro cuerpo entre frutas y tecitos. Nada de pensar soy una ñoña, y voy a seguir comiendo porque igual ayer me comí un galón de helados. No, no, no... nada de eso. Siga adelante.
Bueno... en resumen éstos son mis consejos. Ojalá a alguien le sirvan,  a mí me han funcionado hasta hoy. Tal vez con uno sólo tenga ud suficiente, o tal vez puede darme alguno nuevo, todas las mujeres somas tan parecidas y a la vez tan diferentes. Yo personalmente me concentro mucho entre semana y el fin de semana me relajo, y me premio. Disciplina pero sin dejar de disfrutar los placeres de la vida.
Recuerde buscar y pensar en salud, tratarse con cuidado, analizar como trabajara en su sistema lo que está consumiendo y haciendo. Tenga siempre presente que su cuerpo es un templo, respételo, y buena suerte.



martes, 20 de agosto de 2013

SPM

Ayer mientras me veía al espejo, con mis hijas y mi sobrina en la misma habitación, se me ocurrió preguntar con inocencia:- ¿Verdad que me pongo feílla la semana antes de la menstruación? Luego de menos de un segundo de observación contestaron: Hija menor: -¡Sí, pálida! Hija mayor: -¡y arrugada! Sobrina:- ¡Y llena de espinillas! Yo: ¡Plop! Empiezo a pensar que inculcarles honestidad, no fue del todo una buena idea. 
 Pero hablando en serio: es cierto. Me pongo diferente esa semana, no solo por fuera por dentro es peor, es como si por unos días se me cayera la piel emocional y anduviera por ahí, toda en carne viva, con las emociones por fuera. Sensible, nerviosa, miedosa, llorosa. 
Trato de darle un sentido positivo a toda esa sensibilidad palpitante, y visualizo mis ancestros(mujeres, porque resulta que la palabra ancestras no existe!) tiradas en la tierra en ceremonia, contactando con la Pachamama, con la tierra, con su feminidad, fuertes, unidas, en matriarcado espiritual. Imagino que al sentir el inminente ataque hormonal, las mujeres con sus ciclos sincronizados , se apartaban del grupo y se internaban en el bosque, donde buscaban contacto con la tierra y con ellas mismas. Los hombres y los hijos quedaban atrás, no les quedaba mas que seguir sus vidas mientras las mujeres volvían con fuerzas renovadas. 
Es una lástima que no podamos como entonces hacer una pausa en nuestras vidas para contactarnos con nuestra feminidad. Porque de pronto se convirtió en una debilidad ésto de andar sensible, y no debería ser malo, si todo éste cambio de hormonas es el que nos da la posibilidad de ser madres, deberíamos poder celebrarlo. Así que a eso las invito hoy, a celebrar lo que son, a aprovechar el ataque de creatividad e inspiración que acompaña la palidez y las espinillas de esos días, a poner películas lacrimógenas y llorar con las amigas, mientras se acaban la caja de kleenex. A comer helado y darse largas duchas calientes, a decirles a sus esposos e hijos, ésta semana necesito un poco de espacio. A ponersen cursis y comprar cosas rosadas y brillantes, a recargar baterías, a observar las flores, el paisaje, sus vidas y sus cuerpos y a que se sientan una con la madre tierra.